A comienzos del año 2009, y coincidiendo con los actos conmemorativos del centenario del fallecimiento de Issac Albéniz (1860-1909), recibí de la Asociación Española de Festivales de Música Clásica (FestClásica) el encargo de componer una obra para piano en homenaje al compositor con destino a un concierto que tendría lugar en otoño ese mismo año y en el que el pianista Juan Carlos Garvayo asumiría el difícil reto de estrenar nada menos que los doce obras compuestas para dicha ocasión, bajo la denominación de Una Iberia para Albéniz.
En palabras de Luis López de la Madrid, presidente de FestClásica, "partiendo de las doce piezas que componen la obra original, Una Iberia para Albéniz aporta doce miradas posibles a paisajes de la España de hoy, desde la perspectiva de la sensibilidad y estética personal de los compositores y compositoras" a los que se les encargó una obra con esta finalidad.
Era inevitable que el pretexto del homenaje a Albéniz me retrotrajera a ocho años atrás, cuando compuse el Homenaje a Isaac Albéniz (Jaén) con destino a ser la obra obligada de la 44ª edición del Concurso Internacional de Piano "Premio Jaén", celebrada en enero de 2002, y que ya entonces planteé como si se tratara de una nueva pieza de Iberia vista desde la óptica actual. Este encargo, y el hecho de tener nuevamente la figura de Issac Albéniz como referente, y más concretamente una localidad española cuyo nombre debía llevar como título la pieza compuesta, me llevó a proyectar una idea más ambiciosa: la de reunir tres piezas de índole similar que pudieran constituir un quinto cuaderno de la maravillosa suite del compositor catalán. León, de ese modo, sería tras Jaén el segundo número, y quedaría pendiente la composición de un tercero y último, lo que llevé a cabo al año siguiente con la composición de Salamanca. De ese modo quedó constituido el Homenaje a Isaac Albéniz en su totalidad, teniendo cada uno de los números que lo integran vida independiente, como sucede con las doce piezas de los cuatro cuadernos de Albéniz.
Además de esa referencia al compositor y a su obra, León toma de Iberia -como ya ocurrió con Jaén- la estructura formal característica de la mayoría de las piezas de la suite: dos secciones muy virtuosísticas y de carácter animado, de la que la última es una reexposición variada de la primera, y que enmarcan a su vez una sección central más tranquila en que suele encontrarse una elaboración pianística de una canción popular. En este caso se trata de Por los aires van, una canción leonesa muy difundida en el ámbito coral gracias a la espléndida armonización que de ella hizo el compositor orensano de nacimiento y leonés de adopción Ángel Barja.
Primera página de la partitura de Por los aires van en la armonización de Ángel Barja
Tras una elaboración del incipit de la melodía, al final de la sección aparece completa cita de la primera estrofa de la canción. Las secciones extremas, por su parte, no contienen elementos populares, pero sí aparecen en ellas "ecos" de campanas que pretenden evocar las de las torres de la catedral de Santa María de Regla de la capital leonesa.
Programa del estreno de Una Iberia para Albéniz
El Homenaje a Issac Albéniz (II. León) fue compuesto entre los meses de febrero y abril de 2009, y estrenado, junto con las restantes obras compuestas para Una Iberia para Albéniz, el día 28 de noviembre de 2009 en el Salón del Claustro de la Diputación Provincial de Cádiz, en el marco de la VII edición del Festival de Música Española de dicha localidad. Las doce obras fueron interpretadas por Juan Carlos Garvayo, a quien está dedicada la obra, y fueron grabadas y posteriormente incluidas en un CD publicado en 2010 por el Centro de Documentación Musical de Andalucía en el sello Almaviva.
Portada y contraportada del CD Una Iberia para Albéniz (Almaviva, 2010)
Primera página del Homenaje a Isaac Albéniz (II. León)