Compuesta en entre los meses de abril y junio de 2016 a petición del Dúo en Acción, integrado en aquel momento por la soprano Mayca Teba y el pianista Albert Nieto, Salomé, cáliz vacío formó parte del espectáculo titulado "Tres pasiones de mujer", junto a otras dos piezas escritas por David del Puerto (sobre Carmen) y Fernando Lázaro (sobre Amalia Rodrigues).
Con Fernando Lázaro, Ruth González, Albert Nieto y David del Puerto, tras la primera lectura de las obras (Albacete, 3 de marzo de 2018)
A partir de textos de la poetisa uruguaya Delmira Agustini (1886-1914), de fuerte contenido erótico, de Salomé de Oscar Wilde, y de fragmentos procedentes de la ópera del mismo título de Richard Strauss, Salomé, cáliz vacío no es sino una escena dramática en la que cantante y pianista interactúan, asumiendo este último diferentes papeles (Narraboth, Joakanaán y Herodes), en una sucesión de episodios dramático-musicales en los que se busca un acercamiento psicológico a la figura de Salomé.
Delmira Agustini (1886-1914)
Primera edición de Los cálices vacíos (Montevideo, 1913)
Oscar Wilde (1854-1900)
Primera edición inglesa de Salomé (Londres, 1894)
Richard Strauss (1864-1949)
Página manuscrita de Salomé (1905)
Salomé, cáliz vacío fue estrenada por la soprano Ruth González y el pianista Albert Nieto el 30 de septiembre de 2018 en la Casa de Valencia de Madrid, dentro del espectáculo "Tres pasiones de mujer".
Programa del estreno de Salomé, cáliz vacío (Madrid, 30 de septiembre de 2018)
Salomé, cáliz vacío (sobre poemas de Delmira Agustini, textos de Oscar Wilde y fragmentos de Salomé de Richard Strauss)
Pianista/Narraboth.- ¡Qué hermosa está la princesa Salomé esta noche!
Salomé.- No me quedaré. No puedo quedarme. ¿Por qué me mira todo el tiempo el Tetrarca con sus ojos de topo debajo de sus párpados temblorosos? Es extraño que el esposo de mi madre me mire de un modo semejante. No sé qué significa. Pero, en realidad, sí lo sé.
En mis sueños de amor, ¡yo soy serpiente!
Gliso y ondulo como una corriente;
dos píldoras de insomnio y de hipnotismo
son mis ojos; la punta del encanto
es mi lengua... ¡y atraigo como el llanto!
Soy un pomo de abismo.
Mi cuerpo es una cinta de delicia,
glisa y ondula como una caricia...
Pianista/Jokanaán.- ¡Quién es esa mujer que me está mirando? ¡No quiero que me mire! ¡Por qué me mira con sus ojos de oro, por debajo de sus párpados dorados? ¡No sé quién es! ¡No quiero saber quién es!
Salomé.-
Y en mis sueños de odio, ¡soy serpiente!
Mi lengua es una venenosa fuente;
mi testa es la luzbélica diadema,
haz de la muerte, en un fatal soslayo,
son mis pupilas, y mi cuerpo en gema
¡es la vaina del rayo!
Si así sueño mi carne, así es mi mente:
un cuerpo largo, largo de serpiente,
vibrando eterna, ¡voluptuosamente!
Pianista/Jokanaán.- ¡Ha llegado el tiempo! Lo que predije ha sucedido.
Salomé.- Tu cuerpo es repugnante. Es como el cuerpo de un leproso. Es como una pared revocada donde los escorpiones han hecho su nido.
Pianista/Jokanaán.- ¡No me toques! ¡No profanes el templo del Señor!
Salomé.- Tu cabello es horrible. Está cubierto de fango y de polvo. Es como un nudo de negras serpientes que se enroscan en torno de tu cuello.
Salomé.- Es tu boca lo que deseo. ¡Tu boca es como una rama de coral que los pescadores han encontrado en el crepúsculo del mar, el coral que guardan para los reyes....!
Yo hacía una divina labor, sobre la roca
creciente del Orgullo. De la vida lejana,
algún pétalo vívido me voló en la mañana,
algún beso en la noche . Tenaz como una loca,
seguía mi divina labor de roca.
Pianista/Jokanaán.- ¡El día del que hable está ya cerca!
Salomé.-
Cuando tu voz que funde como sacra campana
en la nota celeste la vibración humana,
tendió su lazo de oro al borde de tu boca;
-¡Maravilloso nido del vértigo, tu boca!
Dos pétalos de rosa abrochando un abismo-...
Déjame besar tu boca...
Pianista/Jokanaán.- ¡Jamás!
Salomé.-
Labor, labor de gloria, dolorosa y liviana;
¡tela donde mi espíritu se fue tramando él mismo!
¡Tú quedas en la testa soberbia de la roca,
y yo caigo, sin fin, en el sangriento abismo!
¡Yo besaré tu boca, Jokanaán!
Pianista/Jokanaán.- ¡Jamás! ¡Jamás!
Salomé.- Quisiera que ahora mismo me trajeran en una bandeja de plata... la cabeza de Jokanaán.
No hay ningún sonido. No oigo nada. Hay un silencio, un terrible silencio. ¡Ah! Algo ha caído al suelo. He oído caer algo.
...
¡Ah, no querías permitir que yo besara tu boca! ¡Ahora la besaré!
¡Soy fruto de aspereza y maldición: yo amargo
y mancho mortalmente el labio que me toca;
mi beso es flor sombría de un otoño muy largo...
exprimido en tus labios dará un sabor amargo,
y todo el Mal del mundo florecerá en tu boca!
¡Ah! Yo he besado tu boca, Jokanaán. Yo he besado tu boca. En tus labios había un gusto amargo. ¡Era el gusto de la sangre? Pero quizás era el gusto del amor... ¡Pero qué importa? ¡Yo he besado tu boca!