Manuel Hernández Mompó (1927-1992)



Alaró

Para Grupo instrumental


Comentario
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Comentario


En 1984, el Círculo de Bellas Artes de Madrid dio inicio a un ciclo denominado "Talleres de Arte Actual", en el que un grupo de siete pintores se encargaba de impartir unas clases magistrales a un selecto grupo de alumnos. Con dicho motivo, la comisión de Música de dicha institución (integrada por Rosa Mª Molleda, Tomás Marco y José Luis Temes) pensó en clausurar dicho Talleres con un concierto en el que el Grupo Círculo, conjunto residente de la institución, estrenara un grupo de obras compuestas cada una de ellas sobre la pintura de cada uno de los pintores que los habían impartido. De este modo se estrenaron entre las tres ediciones sucesivas de los Talleres un total de 21 obras.
Para esa primera edición se me encomendó componer la pieza vinculada al pintor valenciano Manuel Hernández Mompó, de la que la consulta de la amplia bibliografía de que dispone el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca sobre la obra de Manuel H. Mompó me descubrió dos épocas fundamentales en la evolución de su pintura. Una primera, de tipo cubista, cargada de tonos oscuros y de cierto dramatismo, y la actual, bien conocida por todos, con predominio de la luz y de colores vivos. Ello me sugirió la idea de escribir una pieza en dos tiempos, intentando en cada uno de ellos reflejar "algo" de las épocas mencionadas.

Manuel H. Mompó, Alaró III (1978). Colección Carmen Thyssen Bornemisza

Alaró (residencia mallorquina de Mompó, y título también de algunas de sus obras) se divide por tanto en dos movimientos enlazados: Hombre con bandurria, de carácter lírico y dramático a la vez, y Plaza de un pueblo en fiesta, de corte más luminoso y alegre, humorístico a veces. El colorido sombrío y la tensión que se acumula en el primero, resuelven en el segundo en un desenfadado rondó en el que todo puede -y debe- tener lugar: fragmentos seriales, tonales y atonales se suceden, engarzados por un estribillo en el que se hace patente el eco de un pasodoble.
Aunque los títulos de cada movimiento están tomados de dos pinturas de Mompó, mi intención se dirige más hacia la totalidad de la época que cada una de ellas representa que a esos dos cuadros concretos.

Manuel H. Mompó, Plaza de un pueblo (1969)

Alaró fue escrita entre Cuenca y Madrid, en el mes de abril de 1984. La obra, naturalmente, está dedicada a Manuel H. Mompó, y fue estrenada por el Grupo Círculo de Madrid, dirigido por José Luis Temes, en el Teatro "Fernando de Rojas" del Círculo de Bellas Artes de Madrid el 24 de junio del mismo año, dentro del concierto de clausura de la I edición de los Talleres de Arte Actual.


El Grupo Círculo, en 1989

Posteriormente, Alaró fue grabada en disco L.P. y, al igual que las demás, editada en 1986 en una soberbia carpeta/disco con siete xerigrafías de los pintores glosados, realizadas exprofeso para esta ocasión; serie de tres discos, por cierto, que se convirtió en un hito en las publicaciones artísticas de la época y que recibió en su día el Premio Nacional de Fonografía. La misma grabación fue incluida en 1991 en el vol. 6 de la colección "Música española contemporánea" del sello Gasa.


Portada del LP con las obras encargadas para el concierto de clausura de los
Talleres de Arte Actual 1983-1984 del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1986)

Portada del CD José Luis Turina (Gasa, 1991)



Grabación

Grabación: Grupo Círculo. Director: José Luis Temes


Primera página de Alaró


Crítica



Siete partituras para siete pintores españoles
Por Enrique Franco
(Crítica publicada en el diario El País. Madrid, 29 de junio de 1984)

Como clausura de sus Talleres de Arte Actual, el Círculo de Bellas Artes organizó un concierto singular: siete compositores han unido su música a los siete pintores que, durante el curso 1983-1984, dirigieron los trabajos del taller. No se trataba, como muy brevemente explicó Lucio Muñoz, de ningún proceso "integrador", pues cada arte responde a sus propios fenómenos, pero sí parecía necesario un nuevo intento de acercamiento e identificación.
Que España es más país de pintores que de músicos es algo que no precisa de mayores demostraciones: se trata de una verdad de dominio público. Más aún, en pintura, la riqueza española es casi "indecente" si se la compara con la de otros muchos países. Ahora bien, la creación musical de nuestro país pasa por un momento de esplendor. Digo pasa y no vive porque frente a un nivel de calidad media excelente, un número de compositores muy crecido y una evidente penetración en el extranjero a este segundo renacimiento musical de la España contemporánea, las atenciones recibidas de Pirineos para abajo son más bien escasas, cuando no se tornan desdén o ataque. Quizá suceda, todo hay que decirlo, que los compositores, como colectividad, no han mostrado demasiada capacidad de presión y, con frecuencia, aparecen fuertemente insolidarios.

A la sombra de Zóbel

Sólo por la llamada a la solidaridad entre pintores y músicos, resaltada por Lucio Muñoz, habría que aplaudir un acto como el del Círculo de Bellas Artes, cuyos resultados artísticos me parecen altamente positivos. Si la exposición de los pintores alumnos resulta de vivo interés, la contribución de los compositores se me antoja no sólo valiosa, sino significativa.
[...]
Habló sobre este tema, viejo tema en la historia de la "integración", Cristóbal Halffter, con agilidad y grafismo.

Música frente a pintura

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José Luis Turina (1952) ha querido apresar en Alaró la personalidad de Manuel Mompó reflejando en sus pentagramas al pintor de ayer -entre cubista y dramático, enamorado de los tonos oscuros- y al de hoy, restallante de luces y colores. La tensión tradicional en la música (grave-allegro) adquiere nuevas posibilidades en el estilo libre, cuidado, detallista e "inspirado", si queremos recuperar por un momento la palabra.
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(Partitura y particellas sin marcas de agua disponibles en www.asesores-musicales.com )